Todo dicho

A veces, cuando los escritores apoyamos las manos en un teclado o el bolígrafo en un papel soltamos ideas,  pensamientos, opiniones, conjuros y maldiciones con tanta fuerza, coraje, y humildad (o falta de ella), que creemos estar en lo cierto. O al menos, nos damos la libertad para hacerlo sin culpas y con la seguridad suficiente de que tenemos algo por decir. Y eso es cierto. Todos tenemos algo por hacer y decir, cualquiera sea la forma elegida para expresarnos.

Llevaba unos días trazando imágenes en palabras, exponiendo mi sentir, mi pensar, y mi indignación en un papel a rayas, que dejé a un costado para retomar luego. Días sintiendo tristeza por el mundo y a la vez ese dejo de esperanza que salta a la luz cuando el mundo se rebela. Lamentablemente, se siente el grito de injusticia cuando los medios de comunicación se encargan de hacernos saber lo que pasa allí cuando estamos aquí, porque «en casa» nos olvidamos.

Y así fue como sonreí y se me llenaron los ojos de lágrimas al mismo tiempo, al encontrar esta imagen en una red social. Tan pronto la vi, guardé mi escrito de días y días en un cajón. Porque muchas veces, una sola imagen dice más que mil palabras. Que las mías, también.

Todo dicho.

 

-Poli Impelli-